Add parallel Print Page Options

21 El anciano los llevó entonces a su casa, y mientras los viajeros se lavaban los pies, él les dio de comer a los burros. Después de eso cenaron.

22 Estaban pasando un rato agradable cuando, de pronto, unos hombres de la ciudad rodearon la casa y empezaron a golpear violentamente la puerta. Eran unos hombres malvados, los cuales le gritaron al dueño de la casa:

—¡Qué salga el hombre que está de visita en tu casa! ¡Queremos tener relaciones sexuales con él!

23 Entonces el dueño de la casa salió y les dijo:

—¡Amigos míos, por favor, no hagan eso! ¡Es una terrible maldad! El hombre está de visita en mi casa.

Read full chapter